Nos encontramos en el año 2123. Imaginemos que la crisis socioambiental ha socavado nuestro antropocentrismo y como humanidad nos entregamos enteramente al cuidado de las plantas y de todos los organismos que nos mantienen vivos. El Reino Vegetal emerge gobernante planetario de esta nueva era. Christian Wedel (artista) nos propuso este ejercicio de imaginación a manera de antesala a su obra Futurología Tropical del 2021, expuesta en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC, San José, Costa Rica). ¿Qué tipo de gobierno es el que podría desarrollar el Reino Vegetal? Esta es una de las preguntas que rondan la mente tras leerle. La diversidad de su producción artística ha fungido de acompañamiento para ahondar en la interrogante a partir de un tipo de Glosario para un Gobierno Vegetal.    Una definición temprana de gobierno encontró sentido contiguo a la figura abstracta del barco: el concepto de gobernar se derivaba de la acción de direccionar el navío. Prolongada época de cazadores, navegantes, exploradores, conquistadores y demás versiones actuales se desarrolló alineada con la antigua connotación griega de gobierno; historia rezagada hasta al presente que ha protagonizado al hombre actor que enrumba, sobre el navío que carga. Podríamos reconocerla bajo la noción de “época de héroes” como ingeniosamente lo hizo Ursula K. Le Guin (1986), autora de ciencia ficción que nutre el trabajo del artista.   Al proponer el gobierno del Reino Vegetal, Christian nos reorienta desde el arquetipo de la nave hacia una diferenciada “época de contenedores”. ¿Cómo?  A lo largo de la época de héroes, el ‘navío’ –tal cual polizonte en su propio barco– se resguardó en la memoria de la palabra ‘gobernar’. El barco resistió signo oculto del contenedor, el cual encuentra potencia en el texto “The Carrier Bag Theory of Fiction” de Le Guin.  La autora abre y abstrae los contenedores a lo más fundamental; sencillamente aquello que envuelve y sostiene. Recorriendo tiempos humanos profundos, ella los reclama–fueran palmas y dedos juntos, hojas grandes y cóncavas, bolsas tejidas con alguna fibra o pelo, luego vasijas, más primariamente pudo ser el estómago, vientre y cuerpo mismo– como primeros objetos culturales. Podrían ser las cuevas de piedra, incluso; su idea es producir un sentido narrativo originado en la materia que acoge.

Hay un dualismo: La perspectiva primordial sobre los contenedores opone la centralidad de las armas como símbolo del arraigado entendimiento de la preservación de la vida que requiere la destrucción de otra. ¿Cuántos cuentos, historias y películas se estructuran desde dicha idea de la pelea para preservar la vida “propia”? Nuestro lenguaje e imaginación están permeados de metáforas combativas, ¿cómo librarse? Al reconocer lo fundamental del contenedor, Le Guin se desasocia del heroísmo y su estructura narrativa de acción y competencia. Cuidando de la relación del sostén y envoltura, ella encuentra un antiguo legado para hacer ficciones desde la hospitalidad: una ciencia ficción capaz de dar seguimiento a la necesidad vital de otros. Este giro subyace el sentido del Gobierno Vegetal.

Christian se interesa por la subversión narrativa de Le Guin y por el contenedor como motivo para la ficcion sobre futuros alternativos. . Cada conjunto del trabajo del artista me sorprende con una elaboración estética sobre un potencial aspecto del Gobierno Vegetal. ¿Hay violencia en una sociedad planta? ¿Qué puede ser la forma desde esa sociedad? ¿Qué puede ser el cuerpo? ¿Qué puede ser la arquitectura? ¿Existirán los monumentos, los íconos, las imágenes? Son algunas de sus reflexiones visuales que corresponden con una experiencia tropical de lo vegetal.


**LA VIOLENCIA** El trópico estrecha la proximidad física. Es un ambiente espeso de apelmazamiento entre especies. Este ambiente añade una particular dimensión histórica a la llamada época de héroes, la cual nos interesa recordar. Los exploradores parecen haber sido quienes primero vieron violencia en la flora tropical. A sus ojos, lo tropical –humanos, plantas, animales por igual– eran monstruos indomables. El tiempo veloz y de atmósfera húmeda y pesada carcomía, devoraba Occidente, lo que requería ser correspondido con voraz destrucción. Los grabados de Theodor de Bry son representativos de esa mirada temerosa y reaccionaria. La mirada inmersa de Christian negocia con la óptica “exploradora”. La intimidad que experimenta en el trópico le lleva a cuestionar tipos de violencia humana y no-humana. Siente una intriga por aquellas plantas que enredan a otras: se abrazan, sujetan, ahorcan, se estrangulan. ¿Hay diferencia alguna con la violencia humana? ¿Qué pasa si la potencial violencia se observa más allá del tiempo humano? En “Vampirismo vegetal”, Christian enlaza una reflexión de la violencia con una sobre el tiempo y la estructura narrativa. Las pinturas muestran plantas que se contorsionan con otras derramando savia que bien podría ser sangre. No obstante, un tipo de suavidad aviva el pincel en las escenas de tonalidades pastel con extraños, mas sutiles contrastes de grises y formas redondeadas. La suavidad y cierta lisura aplanan un sentido de eventualidad, proyectando un tiempo sin drama o efusividad. Una ficción sin narración. Un contacto entre especies sin determinismo que desarma las exaltadas escenas de conquista y guerra dominantes de una cultura visual.

**LA FORMA** La bruma del trópico que confunde dónde termina y empieza una y otra especie se extiende a una relación más amplia e indistinguible entre forma y fondo, línea y contenido. Christian materializa dibujos en blanco y negro habitados por aparentes formas orgánicas, representados con minucioso detalle, titulados “Mundos habitables”. Discernir entre una forma y otra es posible al contemplar los dibujos a la distancia. En la medida en la que nos acercamos, no obstante, la certeza de diferencia se disipa. Nos desborda un hábitat sin juicio en el que formas derivan de otras, las líneas que componen las formas no cierran, resultando y abrazando la percepción con contradicción: vemos fondos que también son contenidos. Una continuación entre vidas, atmósferas y sustancias se hace visceral en la cercanía. La diversidad de elementos se transforma en una gran masa que se extiende fuera del marco. Nos atrapa. La forma es inquietud. Se escuchan ecos de Judith Butler quien pensó el cuerpo, así como podría ser la forma, como algo más allá de sí mismos.

**LOS CUERPOS** Un pequeño fanzine bajo el título de “Nave Blanda: Una experiencia multi-corpórea” juega con la definición de cuerpo. El fanzine narra los cuerpos humanos como recipientes en los cuales se vierten la conciencia y el deseo de transformación. Una sola vida humana se desenlaza en múltiples cuerpos que expanden la percepción del mundo, cada uno de manera particular. El fanzine creado por Christian muestra un grupo de humanos –una pequeña sociedad regida por el Gobierno Vegetal– quienes decidieron habitar cuerpos plantas para vivir de fotosíntesis. Imagina distintos métodos como se pudo haber dado esa transferencia de conciencia humana a las plantas. Una parece un traslado supersónico o vibracional entre dos cápsulas-cuerpos. Otra transferencia es más física, hay roce. En una siguiente imagen, ambos cuerpos se encuentran en espejo, una mímesis que perfecciona las características del otro. Todos esos modos de transferencia corporal coinciden en la idea de que la sobrevivencia requiere hallarse en otros y que el cuerpo mutable, expandible y como un sobre puede ser vía para tal búsqueda existencial.

**LOS MONUMENTOS** ¿Cómo llamarle al potencial contenido en cada ensamblaje y transferencia de cuerpos-conciencia? Monumentos: una re-imaginación de la “individualidad”. El Gobierno Vegetal honra el potencial y llama monumentos a la recuperación de una existencia ritual. Los monumentos constituyen una serie de imágenes que abren la conciencia al elaborado movimiento entre símbolos que coreografían la memoria. Ellos se alejan de la rama de lo inmutable característica del paradigma del gran museo para aliarse con los sueños y el baile. Se despliegan como una cortina de íconos los cuales emiten ondas sutiles de energía o calor. La estética de los íconos asimila aquellos espíritus que brotan del ardiente fuego, cuerpos danzando y sudando a su alrededor. Son muchos, casi infinitos, los monumentos que surgen en esta nueva era. En el Gobierno Vegetal, los monumentos nos preparan para la experiencia multi-corpórea y celebran los sobres-cuerpos que nos acogen para una vida fotosintética.

**LA ARQUITECTURA** La arquitectura parece ser cualquier ensamblaje de maderas, raíces, entre otras materias. Más que la gran arquitectura, Christian nos hace notar las pequeñas formaciones compuestas de múltiples materias. Bajo el Gobierno Vegetal, ese contacto entre materias es arquitectura y no requiere la intervención de ninguna vida humana. La arquitectura es primeramente un fenómeno matérico, es la gravitación orgánica, la atracción e interacción entre materias. La arquitectura como un deseo de proximidad. Lo que ella requiere de nosotros humanos es el reconocimiento de escalas menores y de la suma de agarres derivando en arquitecturas que toman cada vez más espacio hacia algo que nos contiene. Mas que involución o evolución, nosotros humanos somos recipientes de una cadena de convergencia previa –de tacto y relación entre materias.